TE AMO O TE DEPENDO??
- CUERPOYALMA CA
- 3 jun
- 1 Min. de lectura

La dependencia emocional no surge de la nada; suele tener raíces profundas en la historia de vida de la persona:
Experiencias tempranas de apego disfuncional: Es uno de los factores más importantes. Un apego inseguro (ansioso-ambivalente o desorganizado) en la infancia, donde los cuidadores fueron inconsistentes o poco sensibles a las necesidades del niño, puede generar una búsqueda constante de validación y miedo al abandono en la vida adulta.
Baja autoestima y autoconcepto negativo: La persona dependiente a menudo tiene una percepción negativa de sí misma, sintiéndose incompleta o insuficiente sin la pareja. La relación se convierte en una fuente de validación externa.
Necesidad excesiva de aprobación: La valía personal se mide por la cantidad de atención y afecto que se recibe del otro.
Miedo al abandono y la soledad: La idea de estar solo o de ser abandonado es insoportable, lo que lleva a la persona a tolerar situaciones de maltrato o insatisfacción con tal de mantener la relación.
Modelos parentales o familiares disfuncionales: Crecer en un entorno donde se normalizaban relaciones desiguales, de abuso o codependencia, puede influir en la forma en que el individuo establece sus propias relaciones.
Rasgos de personalidad: Aunque no es un trastorno de personalidad per se, ciertos rasgos como la inseguridad, la ansiedad y la necesidad de control pueden predisponer a la dependencia.
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