LA FORMACION REACTIVA, SE HACE DIFICIL LA VIDA
- CUERPOYALMA CA
- hace 3 días
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La formación reactiva es un mecanismo de defensa neurótico en el cual una persona adopta comportamientos, expresiones o sentimientos que son exactamente lo opuesto a sus impulsos o deseos inconscientes que le generan ansiedad. Si bien puede servir como una forma de manejar la angustia interna, su uso constante y rígido puede acarrear diversas complicaciones:
A nivel interpersonal:
Falta de autenticidad y relaciones superficiales: La persona presenta una fachada que no se corresponde con sus verdaderos sentimientos. Esto dificulta la formación de relaciones genuinas y profundas basadas en la honestidad y la vulnerabilidad. Las interacciones pueden sentirse forzadas o artificiales.
Comportamiento exagerado e incongruente: La intensidad con la que se expresan los sentimientos opuestos puede resultar exagerada, poco creíble o incongruente con la situación real. Esto puede generar confusión o desconfianza en los demás.
Dificultad para la intimidad emocional: Al negar sus verdaderos sentimientos, la persona se impide la posibilidad de compartir sus vulnerabilidades y conectar emocionalmente con otros a un nivel profundo.
Generación de reacciones negativas en los demás: La rigidez y la falta de autenticidad pueden ser percibidas como falsedad, hipocresía o incluso hostilidad encubierta por quienes interactúan con la persona. Esto puede generar rechazo o conflicto.
Dificultad para comprender las reacciones de los demás: Al no estar en contacto con sus propios sentimientos, la persona puede tener dificultades para entender por qué sus comportamientos generan ciertas respuestas en los demás.
A nivel intrapersonal:
Desconexión del yo verdadero: La energía psíquica se invierte en mantener la fachada, lo que aleja a la persona de sus verdaderos sentimientos, necesidades y deseos. Esto puede generar una sensación de vacío, confusión sobre la propia identidad y falta de autenticidad.
Represión de los sentimientos originales: La formación reactiva requiere una represión constante de los impulsos inaceptables. Esta represión continua puede ser agotadora a nivel psíquico y contribuir a la acumulación de tensión interna y ansiedad.
Posible "fuga" de los sentimientos reprimidos de formas indirectas: A pesar de la fachada, los sentimientos reprimidos pueden manifestarse de formas indirectas, como irritabilidad, sarcasmo, comportamientos pasivo-agresivos o incluso síntomas físicos.
Rigidez psicológica y dificultad para la adaptación: La necesidad de mantener la postura opuesta puede hacer que la persona sea inflexible y tenga dificultades para adaptarse a situaciones que requieren una expresión emocional más genuina o matizada.
Conflicto interno no resuelto: La formación reactiva solo enmascara el conflicto subyacente, no lo resuelve. Los impulsos inaceptables siguen existiendo a nivel inconsciente y pueden seguir generando malestar.
Desarrollo de otros mecanismos de defensa: Para mantener la formación reactiva, la persona puede recurrir a otros mecanismos de defensa, complicando aún más su funcionamiento psicológico.
En resumen, la formación reactiva, aunque busca proteger de la ansiedad generada por impulsos inaceptables, puede llevar a una vida inauténtica, relaciones superficiales y una desconexión del propio yo verdadero. La energía invertida en mantener la fachada y reprimir los sentimientos originales puede ser agotadora y no resuelve el conflicto subyacente. Reconocer este mecanismo de defensa es un paso importante para explorar los verdaderos sentimientos y construir una vida más auténtica y plena.
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