¿ TU ERES BIPOLAR?
- CUERPOYALMA CA
- 14 may
- 2 Min. de lectura

Vivir con trastorno bipolar tipo 1 se siente como estar en una montaña rusa sin cinturón de seguridad y sin saber cuándo vendrá la próxima subida o caída. Como una mujer joven, a menudo me siento atrapada entre expectativas sociales de estabilidad y mis propias experiencias internas que son cualquier cosa menos estables.
En la manía, me siento invencible. La energía fluye por mis venas como electricidad pura. Las ideas brotan en mi mente a una velocidad vertiginosa, cada una más brillante que la anterior. Duermo apenas unas horas y aun así me siento rebosante de energía, capaz de conquistar el mundo. Hablo rápido, a veces atropelladamente, saltando de un tema a otro porque mi mente va más rápido que mis palabras. Me siento creativa, inspirada, incluso grandiosa. Puedo gastar dinero impulsivamente, tomar decisiones arriesgadas sin pensar en las consecuencias, porque en ese momento, nada parece imposible. Esta euforia puede ser embriagadora, pero también aterradora porque sé que es una ilusión, que en algún momento se desvanecerá.
Luego viene la depresión, y el contraste es brutal. La energía se drena de mi cuerpo, dejándome exhausta incluso después de dormir largas horas. El mundo se vuelve gris y sin brillo, y las cosas que antes me daban alegría ahora no significan nada. Me siento abrumada por la tristeza, la culpa y la desesperanza. Concentrarme es una lucha, tomar decisiones parece imposible. A veces, la idea de levantarme de la cama es agotadora. Me aíslo de mis amigos y familiares porque siento que soy una carga, que nadie puede entender este pozo oscuro en el que me encuentro. Los pensamientos oscuros pueden ser intrusivos y aterradores.
Entre estos polos, hay períodos de eutimia, donde me siento relativamente estable. Estos son los momentos de respiro, donde puedo sentirme "normal". Pero incluso en estos períodos, siempre está la sombra de la incertidumbre, la ansiedad de cuándo volverá el próximo episodio.
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